Cuando Laura Borràs me regaló El camino de Marwan, me pasé largo rato contemplando unas ilustraciones bellísimas y al mismo tiempo conmovedoras. Leer el texto de Patricia de Arias, me produjo la misma sensación de belleza e impacto emocional, y me vi empujado a leerlo varias veces.
Es un libro aparentemente sencillo e incluso predecible y amable, porque narra el camino de un inmigrante que huye de la guerra y porque su autora ha moderado la tensión dramática dejando a parte el sufrimiento de los campos de refugiados.
¿Qué es, pues, lo que hace que quien pase sus páginas quede tocado por ellas? Yo creo que la autora ha sabido conectar con algunos aspectos universales de la condición humana. Es un libro infantil, un libro que los adultos podemos leer a nuestros hijos, y explicarles las otras lecturas que nos ofrecen sus palabras y sus imágenes.
Por ejemplo la pérdida: "Camino y mis huellas / van dejando un rastro / de historias antiguas / de canciones de mi pueblo, / de olor a té y a pan, / a jazmin y a tierra."
O la incertidumbre: "Camino... / y no sé cuándo llegaré / no sé dónde llegaré. / Cargo una bolsa pesada"
La ilustración muestra la incertidumbre pintando un Marwan empequeñecido, rodeado de un desierto que no se acaba, un camino en espiral que lo envuelve todo. Y Marwan cargando una bolsa casi tan grande como él. Incertidumbre y soledad porque a pesar de emprender ese camino junto a miles de personas, cada una se enfrenta sola a su propio destino.
O el recuerdo y la nostalgia: "Recuerdo una casa. / Mamá encendía el fuego / cuando llegaba la noche, / y Papá contaba historias / de nuestro pueblo. / Había un jardín, un gato / y un rayo de sol que cintilaba / cada mañana en mi almohada."
O el dolor que producen la guerras: "Un dia ellos llegaron. / La noche se hizo más fría, / más oscura, más profunda / y se lo tragó todo. / Micasa, el jardín, mi pueblo.
O el desarraigo: "Otro país, otra casa / otra lengua. / Historias de otros pueblos."
Y no obstante, tras haber arraigado en otro lugar, tras haberse contruido un futuro lejos de su pueblo, su deseo es volver: "Algún dia volveré / no miraré atrás. / Plantaré un jardín con mis manos, / lleno de flores / y esperanza."
Pero si algún dia su deseo se cumple, ya no será el mismo que partió porque la experiencia de la vida le habrá cambiado: "Construiré mi casa / con los cimientos / de mis pasos certeros."
La narración poética confiere al texto una belleza plàstica singular, un ritmo de palabras suaves pronunciadas al oido y un tono de melancolia y nostalgia combinadas con un acento vital y firme de esperanza. Yo creo que la esperanza es lo que define al libro porque surge con los primeros pasos de Marwan y siempre la lleva con él.
Las ilustraciones de Laura Borràs acompañan el texto dándole aún una mayor fuerza expresiva, y hablando a veces por si mismas. La combinación de acuarelas y tinta le permite jugar con los colores que dan por si mismos forma a personajes y espacios, mientras que la tinta perfila y detalla cuando es necesario. La ilustradora consigue, con el juego con sus acuarelas, crear el ambiente de calma en la reunión familiar con colores cálidos, o la paz del hogar en los recuerdos de Marwan, o la imágen onírica de la madre convertida en luna de la noche fría, pero nunca tan oscura como la noche de los tanques, o el horror de la guerra con colores oscuros, la soledad en la inmensidad del desierto con la arena cubriendo todo el espacio y Marwan en un punto, o la experiència en el camino de Marwan cuando al final los árboles contienen los colores de sus "pasos certeros" por otros pueblos y culturas. Como decía, la tinta perfila y detalla y a veces subraya con fuerza propia algunos aspectos, como el que había señalado de la incertidumbre frente a un camino que parece alargarse infinitamente en espiral, o la amargura en los rostros de los que huyen de la guerra.
Pero si algún dia su deseo se cumple, ya no será el mismo que partió porque la experiencia de la vida le habrá cambiado: "Construiré mi casa / con los cimientos / de mis pasos certeros."
La narración poética confiere al texto una belleza plàstica singular, un ritmo de palabras suaves pronunciadas al oido y un tono de melancolia y nostalgia combinadas con un acento vital y firme de esperanza. Yo creo que la esperanza es lo que define al libro porque surge con los primeros pasos de Marwan y siempre la lleva con él.
Las ilustraciones de Laura Borràs acompañan el texto dándole aún una mayor fuerza expresiva, y hablando a veces por si mismas. La combinación de acuarelas y tinta le permite jugar con los colores que dan por si mismos forma a personajes y espacios, mientras que la tinta perfila y detalla cuando es necesario. La ilustradora consigue, con el juego con sus acuarelas, crear el ambiente de calma en la reunión familiar con colores cálidos, o la paz del hogar en los recuerdos de Marwan, o la imágen onírica de la madre convertida en luna de la noche fría, pero nunca tan oscura como la noche de los tanques, o el horror de la guerra con colores oscuros, la soledad en la inmensidad del desierto con la arena cubriendo todo el espacio y Marwan en un punto, o la experiència en el camino de Marwan cuando al final los árboles contienen los colores de sus "pasos certeros" por otros pueblos y culturas. Como decía, la tinta perfila y detalla y a veces subraya con fuerza propia algunos aspectos, como el que había señalado de la incertidumbre frente a un camino que parece alargarse infinitamente en espiral, o la amargura en los rostros de los que huyen de la guerra.
Patrícia de
Arias Nació en
Granada, España, en el año 1973. En 1996 se formó en la Escuela de Teatro de
Granada y comenzó a actuar como actriz en diversos espectáculos. Se mudó en
2012 a Brasil, donde vive actualmente con su marido, el músico Guga Murray, y
el hijo de ambos. En 2013 fundaron juntos Atrium Escola de Música, en Resende
(RJ).
Su primer
libro, Fio de Lua & Raio de Sol, en colaboración con la premiada
escritora Roseana Murray, fue publicado en 2013 por la Editorial Ibep. Con este
primer trabajo, Patricia y su marido crearon un libro-concierto infantil, que
es representado con gran éxito en diversos teatros y ferias literarias de
Brasil, tales como la Flipiri 2014.
Sus libros Fica
Comigo y Uma ideia no bolso, de la Editora Rovelle, fueron incluidos
en el «Acervo Básico da FNILIJ» en 2015 (Brasil).
Su último
libro, “El Camino de Marwan” (Editorial Amanuta, Il. Laura Borrás), ha sido
galardonado con la Mención Especial en la categoría New Horizons de los Bologna
Ragazzi Awards 2017 (Italia). También en este año, fue incluido en la lista
de libros recomendados 2017 por la prestigiosa Fundación Cuatro Gatos (EE.UU).
Laura Borràs nació en Barcelona unos días antes de que supuestamente
alguien pisara la Luna. Es doctora en Lingüística, pero le fascina crear
proyectos ilustrados, sobre todo el dibujo como medio de expresión y
comunicación y, en definitiva, los libros en sí. Se dedica a la ilustración y a
la docencia de traducción en la UPF.
Aprendió a ilustrar en los cursos con Ignasi Blanch, Cristina
Losantos, Rebeca Luciani y Flavio Morais en Barcelona (2007-2010), y en Italia
con Javier Zabala, Alessandro Sanna y Linda Wolfsgruber en la Facultad de
Bellas Artes de Macerata y en la Escuela Internacional de Ilustración de
Sàrmede (2009-2012).
Ha participado en números exposiciones y además de realitzar materiales
didácticos e il·lustracions para entidades musicales ha publicado los álbumes
ilustrados Un mar de cebollas , Un cangrejo sin sombrero, Max
y su sombra y Em dic Toldrà. Asimismo ilustró dos cuentos
musicales para representarlos con dibujos proyectados: El mestre armer,
con música de Albert Gumí, y Canta’m un conte, un cuento sobre
el músico Eduard Toldrà con narrador-cantante.
Con El camino de Marwan ha obtenido junto a Patricia de Arias la
Mención Especial en la categoría New Horizons de los Bologna Ragazzi Awards
2017 (Italia)
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