Antes de empezar a hacer la reseña de duermevela, me
podría acoger a una de las frases del libro: El mejor ponente, el ausente.
Podría ausentarme y el trabajo ya estaba hecho, quizá por
aquello de que la poesía tiene tantas lecturas como lectores, y que hay quien
dice que la poesía no debe ser explicada.
También podría hacer como el reseñista que aparece en otra
de sus frases: El reseñista prudente.
“El mejor libro que he leído en los últimos minutos”.
Pero no haré ni una cosa ni la otra. He leído el libro
varias veces porque Carlos Vitale es un gran poeta y leerlo enriquece, y hablar
de su obra, también.
El libro está estructurado en dos partes
1.
Duermevela, que a su vez está
dividido en tres partes: Duermevela, La parte por el todo y Jornada.
2.
Alrededores
Las dos partes son muy distintas tanto en la forma como
en el contenido, pero ambas tienen un punto en común referido a la forma: la
brevedad.
Hay otros aspectos relativos al tono y al estilo, a la
voz del poeta, que atraviesan todo el conjunto de Duermevela y que me atrevería
a decir que toda su obra: la ironía, el humor, la melancolía, la accesibilidad.
La poesía de Carlos es accesible a cualquier lector. A
partir de aquí todo es posible.
Pedro Salinas decía que hay dos actitudes ante la
lectura, la de los leedores y la de los lectores. Los leedores se quedan en la
superficie, no profundizan, no elaboran sus propias conclusiones. Los lectores,
por el contrario, están llamados a la interpretación, a la lentitud de la duda
crítica y a los merodeos de la imaginación.
Un lector se puede quedar en la superficie. Leer y
quedarse con el significado justo de las palabras. O bien ir más allá, mucho
más allá, porque la poesía de Carlos nos ofrece en bandeja muchísimos estímulos
para pensar y para ir más allá de las palabras. Muchas veces, la belleza de la
poesía está en lo que no dice, en aquello que vemos cuando sus versos nos abren
la puerta de la imaginación, del pensamiento, de las emociones, de los
sentidos, del deseo, de las esperanzas, de las amarguras.
El 2012 asistí a la presentación de su libro Fuera
de casa en versión bilingüe italiano / castellano, en Gallinaro, un
pueblecito en un paraje precioso de los Apeninos al sur de Roma, patria del
poeta Gerardo Vacana. Vacana dijo en el acto de presentación que la poesía de
Carlos Vitale tenía “una brizna de verdad misteriosa”. Porque la verdad que
contiene la poesía nunca se alcanza, la poesía es el temblor del espíritu del
poeta frente al misterio de la existencia y su papel en este mundo que nos ha
tocado vivir. Cada cual con su circunstancia.
En la primera parte de la primera parte es donde el
poeta nos anuncia su poética, esa luz que nos indica el camino de su verdad
misteriosa entre el sueño y la vida. Carlos nos sitúa en ese terreno fronterizo
de la ensoñación o del duermevela donde sentimos voces o silencios,
CUANDO
la poesía
me visitaba
en sueños
siempre
dejaba
alguna huella
muda
donde nos asaltan imágenes o sombras que nos inquietan.
¿Somos sombras de la realidad, como decía Platón?
SOMBRA
de un Dios
cabeza gacha
dioses abatidos
en sueños
La segunda parte de la primera parte, también
brevísima, La parte por el todo,
Nos ofrece unos poemas cercanos al aforismo donde
Carlos también nos habla del misterio, de la espera de algo bueno que no acaba
de llegar y que acaba por herirnos
COSECHA LENTA
Tendré que esperar a una flor
tardía
Y nos introduce de nuevo en el mundo de los sueños, que
ya no son un duermevela sino un deseo
EN CABEZA AJENA
De todos modos mis sueños están
en vosotros
La tercera parte, breve, pero menos, es más íntima, el
poeta se busca a través de la palabra. Vemos que a lo largo del libro Carlos
nos habla de su poética.
PEPE BARROETA DICE QUE NO DICE
El don
de la palabra
no es
un don,
es apenas
arder
en el propio
fuego,
abrasarse
hasta que la mano
dibuje
el vasto
signo
de la desolación.
Eso es la poesía, arder en el propio fuego.
El poeta camina por los recodos oscuros del corazón y
se busca en su proyección con los otros
JORNADA
Tú, de pie, desnuda en la penumbra.
Tu espalda es el arco del conocimiento.
Desde la cama, observo y espero.
Cuando te vuelvas me dirás quién soy.
Sin otra luz que mi deseo.
Podemos leerlo perfectamente como un poema erótico, y
tanto. Pero ese verso: Cuando te vuelvas
me dirás quién soy, nos ofrece de nuevo esa brizna de verdad misteriosa de
la que hablaba Vacana y nos hace pensar que ese deseo del poeta es algo más o
mucho más que un deseo carnal.
La segunda parte del libro, titulada Alrededores es un
conjunto de frases que yo no sé definir. Podría decir que son aforismos, pero
los aforismos forman parte de la literatura de pensamiento o ensayo. Un aforismo es una declaración breve que pretende expresar un
principio de una manera concisa, coherente y en apariencia cerrada.
Pero hay
aforismos que se acercan a la poesía y hay poemas aforísticos.
Tampoco me
atrevo a definirlos como sentencias, como frases o dichos que encierran una
doctrina o moralidad.
Yo los
dejaría en una zona fronteriza entre la sentencia, el aforismo y la poesía. No
son ninguna de las tres cosas y son las tres cosas a la vez.
Carlos les
ha dado un orden alfabético, que puede responder también a un deseo de ponerse
orden o de recomponerse.
Es tan
inmensa esa segunda parte, tan llena de mensajes, sonrisas, dolor, esperanza,
ironía humor, que me resulta difícil describirla en pocas palabras y me acojo a
lo que dicen los editores: Sobrecogedor alfabeto de la desolación, de las
letras ordenadas de Duermevela nacen frases poéticas que recuerdan los
aforismos de Lichtenberg y La Rochefoucauld, la antipoesía de Nicanor Parra o
la poesía hermética de Giuseppe Ungaretti: confidencias de las ilusiones
desmanteladas por el paso del tiempo que, al encadenarse, logran un discontinuo
conjunto de inesperado sentido y coherencia.
Carlos Vitale nació en
1953 en Buenos Aires, en el seno de una familia italiana. Desde 1981 reside en
Barcelona, donde completó sus estudios de Filología hispánica con los de
Filología italiana. Poeta riguroso y exquisito, ha publicado Códigos (1981), Noción
de realidad (1987), Confabulaciones (Premio de Poesía Ciudad de Zaragoza, 1992)
y Autorretratos / Autoritratti (Premio de Poesía Venafro, prólogo de Gerardo
Vacana, traducción de Teresa Albasini Legaz, 2001), todos ellos recogidos en
Unidad de lugar 1981–1998 (Candaya 2005). Es autor, asimismo, de Selección
poética / Selected Poems (traducción de Verónica Miranda, 1998), Vistas al mar
(2000) y Fuera de casa (2014), aunque este último apareció antes en eidición italiana Fuori di casa (2012). Ha sido incluido en diferentes antologías, la
más reciente Por vivir aquí. Antología de poetas catalanes en castellano
(1980–2003), edición de Manuel Rico, prólogo de Manuel Vázquez Montalbán,
Bartleby Editores, Madrid 2003. Prestigioso traductor, ha introducido entre los
hablantes de lengua castellana numerosos libros de poetas italianos y catalanes:
Dino Campana, Pietro Civitareale, Giuseppe Napolitano, Emilio Paolo Taormina,
Eugenio Montale, Giuseppe Ungaretti, Nicola Napolitano, Sergio Corazzini,
Andrea Zanzotto, Rita Baldassarri, Gerardo Vacana, Umberto Saba, Sandro Penna,
Amerigo Iannacone, Andrea Rompianesi, Francesco De Napoli, Antoni Clapés, Jesús
Aumatell, Josep–Ramon Bach y Joan Brossa. Su labor como traductor ha sido
reconocida con numerosos premios internacionales, como el “Ultimo Novecento”
(1986) por su versión al castellano de Cantos órficos de Dino Campana, del que
posteriormente tradujo su obra completa; el Premio de Traducción del Ministerio
Italiano de Relaciones Exteriores, 2003, por su traducción de El cáliz amargo
de Sergio Corazzini, el Premio “Val di Comino” (2004), por su traducción de
Casa y campo y Trieste y una mujer, de Umberto Saba, y en 2006, el
pretisgiosísimo Premio de Traducción Ángel Crespo, por la traducció de Las
ocasiones de Eugenio Montale. . Pero la incansable contribución de Carlos
Vitale a la difusión de la obra de poetas contemporáneos de las dos orillas, no
se limita a sus traducciones. Hay que destacar además sus antologías críticas
(entre otras, la del argentino Jacobo Fijman en Molino rojo y otros poemas,
Plaza y Janés 2000) y su labor editorial al frente de las colecciones de poesía
“Don de lenguas” “Viceversa”, “Poemas al paso”, “Mano de obra”, “Ciclos”,
“Peccata minuta” o de la publicación digital de poesía italiana actual Porta
d'Italia / Puerta de Italia (www.eldigoras.com).
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada